Madrid pide ayuda a la UE

En España que hace poco entraba en el quinteto de los países más prósperos y desarrollados de la UE, la situación financiera y económica empeora de día en día. Hoy parece inverosímil que ya a finales del año pasado el líder del Partido Popular Mariano Rajoy, que acababa de ponerse al frente del gabinete, haya criticado a todo paso a los socialistas que gobernaban anteriormente. Les culpaba de la caída de la economía, aumento del paro y la carestía, prometía a los españoles remendar con rapidez la situación. Parecía que sus expertos trazaron minuciosamente planes de transformaciones radicales, sin embargo hasta la fecha todo esto queda sobre papel, al paso que la situación sigue agravándose. Los españoles no leen más el programa económico y social del partido gobernante porque ven que su vida va de mal en peor. Un testimonio palmario del descontento pasó a ser la huelga de tres semanas declarada por los mineros de Asturias. Centenares de mineros dieron a conocer a Madrid sus reivindicaciones fundamentales: no cerrar las minas, no disminuir la extracción de hulla y no recortar los salarios. No obstante, el Gobierno prometió ocuparse de este problema tan solo en el año que viene. El corresponsal del periódico madrileño El País, Luis Doncel, comunica desde Bruselas: La UE exige que España erogue con urgencia medios para respaldar las empresas pequeñas y medianas, impulse la ocupación de la juventud cuya mitad carece de empleo, cambios en la edad de jubilación y elevarla hasta los sesenta y siete años. Sin embargo, por el momento el gabinete de Mariano Rajoy se ocupa tan solo del saneamiento de la Banca, con cuyo fin pide a Bruselas un crédito por trescientos millardos de euros. El primer ministro funda sus esperanzas en el Banco Central Europeo.

Empero, Rajoy no ha respondido a las demandas de Bruselas que he mencionado, a saber: la protección de empresas y otorgamiento del trabajo a la juventud. Parece que no tiene que decir al respecto a sus socios que han acumulado ya muchas preguntas a Madrid, desde las tarifas del combustible hasta los precios de los alimentos. Y no son cuestiones de segundo orden, pues los socios europeos observan “con lupa” todas las decisiones de Madrid para que los españoles, con todo el respeto a ellos, no engañen con promesas irreales a la comunidad y no desatiendan las medidas recomendadas por Bruselas. Esto se refiere en especial a los puntos que van con más retraso: las pensiones y el mercado laboral.

Así y todo, en opinión de los expertos europeos, hoy la tarea más importante de Madrid es recibir los trescientos millardos de euros, que se le habían prometido, para dar solución a las tareas anticrisis de primer orden.